M. Lassnig – Spanish
ENTREVISTA A MARIA LASSNIG
Después de la última exposición en Viena a la que los medios de comunicación calificaron como merecida muestra antológica, parece que finalmente el prestigio que a nivel internacional tenía ya la obra de Maria Lassnig empieza a ser reconocida en Austria. Hace poco, un crítico del país se refería a Maria Lassnig como „la gran dama de la pintura de este país“, aunque ella,
un tanto escéptica ante todo esto, sigue afirmando que no son muchas las personas que lleguen realmente a entender su obra.
Maria Lassnig nació en Carintia 1919. Después de estudiar arte en Viena se trasladó en 1951 a París, donde conoció a André Breton, Paul Célant y Benjamin Peret entre otros artistas e intelectuales franceses de por entonces. Vivió durante diez años en Nueva York, regresando a Viena en 1980 como profesora de la Hochschule für angewandte Kunst. Desde 1948 Maria Lassnig trabaja con el concepto de Körperbewußtsein, experiencia pictórica que irá explorando y definirá toda su trayectoría artística. Lassnig ha participado en la edición VII de Dokumenta y la más reciente edición X, además de la Bienal de Sydney y Venecia entre otros eventos internacionales.
Tal como afirma la propia artista, su obra no ha recibido nunca el soporte como tuvieron otros artistas austríacos como Arnulf Rainer o Hermann Nitsch. „Compartí durante mucho tiempo el mismo galerista que Rainer, por ejemplo, pero nunca se hizo de mi obra una verdadera promoción. Yo creo que nunca me entendieron. Claro que también siempre he estado fuera del juego social que implica todo esto. Vivo bastante retirada y pocas veces acudo a inauguraciones y cosas de este tipo“-dice la artista-aunque esta poca sociabilidad que la propia artista se atribuye no deja de sorprender comparado con la cordialidad que en todo momento irradia esta persona. „Hablo -explica Maria Lassnig- de una incomprensión de mi obra porque desde siempre estuve fuera de las tendencias que en el momento se llevaban. Cuando en pintura dominaba el informalismo yo por entonces estaba ya metida en el lenguaje del Körperbewußtsein, y esto va contra el informalismo como idea“
El Körperbewußtsein no ha sido siempre, sin embargo, bien interpretado. Se ha asociado en ocasiones a una pintura tipo expresionista que se refiere a cuestiones psíquicas. En la Dokumenta de Catherine David, un periodista francés se refería a Lassnig como la última artista surrealista, vinculando su obra con el automatismo, la teoría de Freud y el subconsciente. Se ha hablado también de una pintura de sentimientos, como una cosa psíquica cuando de lo que se trata es de la más pura exploración de las sensaciones físicas.
„Intento olvidar todo lo que es visual en mi cuerpo, aunque no se puede eliminar los recuerdos visuales-explica la artista-,esta ha sido una cuestión en la que he trabajado mucho y me interesa especialmente este matiz: siempre quedan en la cabeza los recuerdos de las experiencias visuales, recuerdos que han pasado a través de nuestra mirada que es quien los ha registrado. Pero de lo que se trata es de explorar las sensaciones corporales sin que estén mediadas por lo que vemos. En realidad, lo que se podemos realmente ver de nuestro propio cuerpo resulta siempre fragmentado: las extremidades, el vientre, los senos… Si me pongo así, bizca, ¿qué veo? de la cara, sólo una parte de la nariz…esto es en realidad lo único que vemos con nuestra mirada, pero luego está lo que sentimos. Esto implica no sólo una exploración de las sensaciones del cuerpo, sino la problemática que implica el traducirlo al lenguaje visual…“
Pero esta cuestión, eminentemente pictórica, que es problema de percepción:de cómo los demás, a través de un lenguaje visual, aprecian a partir de las posibilidades del color, de las texturas, etc.estas sensaciones, no es la cuestión que interesa a Lassnig sino que gira en torno de la propia experimentación. La sensaciones corporales como el dolor, el placer, todo lo que sienteel cuerpo, con sus límites y que implica unos contornos concretos. „Lo que yo siento -dice Lassnig-, las partes de mi cuerpo sentidas suelen aparecer con colores saturados, muy fuertes y los elementos alrededor de mi cuerpo son colores fríos, como algo ajeno que no tiene que ver con el calor que desprende un cuerpo“
Muchas veces este elemento ajeno que envuelve el cuerpo sin pertenecerle parece tener en sus pinturas ciertas cualidades acuosas, como el líquido que envuelve a los fetos que de alguna manera lo aislan pero también lo protegen del mundo. Se trata de espacios arquitectónicamente indefinidos, como si los elementos ajenos al propio cuerpo se desvanecieran.Ocurre también con algunas partes corporales que no aparecen nunca, como los cabellos, por ejemplo. Casi siempre las cabezas aparecen calvas, quizás por tratarse de un atributo corporal que no se siente. La conciencia del cuerpo, incluso de sus propios límites es bien distinta a la que el reflejo de un espejo nos enseña de éste.“Se trata de una forma de subjetivismo llevado al extremo aunque no deja de tratarse de una cuestión totalmente objetiva en cuanto exploro una sensación que es real, que es sentida“
Hay una parte menos conocida en la obra de Maria Lassnig y menos tratada por la crítica que tiene otra relación con la experiencia del Körperbewußtsein. Se trata de un tipo de imágenes narrativas, de códigos tradicionales y con unos contenidos especialmente chocantes. La obra Illusion von den versäumten Heiraten (ilusión de un matrimonio frustado) en la que aparece su retrato con un niño en el regazo y el pecho descubierto y que inmediatamente asociamos con la imagen de la maternidad, incluso la imagen de la virgen -mujer atemporal, sin edad- y que aquí resulta por la evidente madurez del cuerpo, directamente chocante.Mutter und Tochter (madre e hija), realizada justo después de la muerte de la madre de la artista, es otra de estas imágenes y una de las más representativas y simbólicas de toda la obra de Lassnig: la mano de ella, descansando plácidamente, dentro del vientre de su madre, donde nace la hierba y la misma vida. Y las dos, alejadas del mundo, sobre un lienzo blanco y limpio que las envuelve y las separa de unos seres que las rodean y que parecen mirar sin entender qué ocurre. Lassnig asegura que intenta precisamente dar la vuelta y cambiar el sentido de los códigos clásicos de la pintura. A pesar -dice- de no estar muy segura de que lo consige.“Siempre pienso en mi formación artística que fue muy limitada: En Austria, durante la guerra, en los ambientes académicos, la formación que se daba era totalmente clásica y el conocimiento de las vanguardias era nulo. La pintura del siglo XX, la pintura que entonces representaba un espíritu de renovación y cambio, la fui descubriendo más tarde yo personalmente“Pero,tanto en la fuerza del realismo de estas pinturas „drásticas“, tal como la artista las define, como en la sugestión de las formas casi abstractas de los Körperbewußtsein, en la obra de Maria Lassnig se percibe un intenso diálogo con ella misma, intentando transformar las sensaciones corporales en un lenguaje visual a base de descubrir y explorar las sensaciones del propio cuerpo y los límites de las posibilidades tanto pictóricas como iconográficas para poder expresarlas en toda su profundidad.
(Lápiz n° 156 Octubre, 1999)
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